fbpx
Scrub Daddy

Caso de éxito – Scrub Daddy: La esponja de $209 millones

Hoy vamos a hablar de…

  • Cómo un limpiador de coches pasó de tener un negocio tradicional a ganar muchos millones con un solo producto que inventó por casualidad. 
  • La importancia de tener un socio inversor para llevar a tu negocio al siguiente nivel.
  • Las claves que deberías llevarte de sus experiencias ¡Y aplicar en tu negocio!
  • ¡Y todo esto en menos de 5 minutos!

Si eres seguidora de Yo Emprendedora, sabrás que soy fan del programa de inversión Shark Tank.

Hoy vengo a hablarte la mayor historia de éxito contada en este programa, con la que yo también me he quedado alucinada.

¿Sabías que existen esponjas con tecnología innovadora?

¿Y, sabías que se puede crear una marca super potente, filosofía y una comunidad, a través de un producto normal, aburrido y poco sexy?

Estamos hablando de la marca SCRUB DADDY y de su fundador AARON KRAUSE.

Scrub Daddy es un producto de limpieza de alto rendimiento, combinando materiales exclusivos con diseños divertidos y funcionales.

Esta empresa fabrica estropajos que cambian la textura, que son resistentes a los olores y todo esto sin rayar ninguna superficie – entre otras muchas cosas.

Se han convertido en la empresa de esponjas favorita de EEUU.

Los orígenes del ‘padre de la limpieza’

Aaron nació y se crió en Filadelfia.

Sus padres tenían una filosofía muy radical acerca de ‘ganarse el pan’, gracias al esfuerzo personal – literalmente.

Tanto es así, que desde MUY pequeñito le pedían un pequeño alquiler por vivir en casa.

Y te preguntarás:

¿Cómo va a pagar un niño pequeño un alquiler? ¿De dónde pretenden los padres que saque el dinero?

Muy fácil. De las tareas diarias que todo ser humano debe hacer.

Si hacía la cama ganaba $2, si pasaba la aspiradora ganaba $5, si limpiaba los coches familiares, ganaba $10…

Imagínate cuál era su tarea favorita.

Así creció él, con una visión sobre el dinero y los negocios muy presente en su día a día. 

Tanto usó el “comodín” de lavar los coches para ganar sus $10, que se acabó convirtiendo en algo que realmente le gustaba.

Así que decidió empezar a lavar los coches de sus vecinos para poder ganar más – sin saberlo, había creado su primera empresa.

Sus padres, ambos médicos, no acababan de aceptar esta ‘faceta’ de Aaron, y se sentaron a hablar con él sobre su futuro.

“Estudia una carrera, fórjate una profesión, no puedes ser un limpia-coches toda la vida” – le decían.

Aaron no se sentía un simple limpia-coches, más bien se sentía que era presidente y director ejecutivo de una empresa. Pero a pesar de ello, les hizo caso.

Llegó la época universitaria y, por supuesto, sus padres no se la pagaron.

Aaron no tenía problema, porque su negocio de limpieza de coches seguía funcionando. 

Trabajaba y estudiaba a la vez. 

El problema vino cuando sus horas del día se cargaban de trabajos y exámenes, y sus clientes aumentaban constantemente.

Solución: Pedir ayuda a sus amigos, a cambio de unos dólares – también sin saberlo, tuvo sus primeros empleados.

Al final de todo este proceso, Aaron acabó sacándose dos titulaciones: Una en negocios y otra en psicología.

Y ambas carreras le sirvieron, Y MUCHO. Porque aprendió eso que conocemos como ‘venderle un peine a un calvo’.

Feliz por sus logros universitarios, y aplicando todo lo que había aprendido, continuó con su negocio de limpieza de coches.

En estos años pasaron muchas cosas y una de ellas fue decisiva para su futuro.

La necesidad hace al inventor

Ya hemos visto lo mucho que le gustaba su trabajo desde bien pequeñito – pasión lo llamaría yo.

Siempre buscaba trucos para poder limpiar más rápido, productos que fuesen la joya de la corona y herramientas que le facilitaran el trabajo.

Y si no existía el combo perfecto, lo creaba.

En ese momento no estaba nada contento con las almohadillas pulidoras que existían en el mercado. Así que empezó a utilizar un nuevo material, espuma de uretano, para pulir los coches – inventos, inventos…😁

Tal como lo probó, supo que era un invento extraordinario y al poco tiempo, decidió vender su empresa de lavado de coches, para dedicarse a la fabricación y venta de estas súper almohadillas.

Y por supuesto, también creaba la maquinaria necesaria para la fabricación de las almohadillas. 

¡Un crack de los inventos!

Aaron Krause tenía entonces 37 años y dirigía una empresa de fabricación internacional. Un día laboral normal para él significaba ocuparse del papeleo en la oficina principal y al mismo tiempo, reparar maquinaria en el backstage.

Tratar con maquinaria significa estar siempre sucio y con las manos cubiertas por una capa de aceite y grasa.

No había manera de poder eliminarla. Daba igual lo que usara.

Aaron pensó: Un empresario no puede ir las 24 h del día con las manos así.

¿Adivinas qué fue lo que hizo?
¡Por supuesto! Inventar un producto para limpiarlas – un chico predecible 😜

Pidió muestras a todos los proveedores de espuma que existían. Todos. 

Y finalmente, una empresa alemana le hizo una espuma a medida. Para poder sujetarla mejor, cogió unas tijeras e hizo varios cortes:

Dos agujeros iguales por donde introduciría sus dedos (limpieza de 360º), un tercero más grande para el pulgar (aunque no lo hizo demasiado redondo) y, en los bordes, una especie de ‘pinchitos’ para poder limpiarse por debajo de las uñas.

Cuando se acabó de limpiar y sacó sus dedos de la esponja, la observó y dijo:

¡Ala! Parece una cara sonriente – refiriéndose a los agujeritos que había hecho.

Este fue el verdadero comienzo de Scrub Daddy.

El limpiador de manos

Le funcionó tan bien este invento que comenzó a comercializar el limpiador de manos en talleres de carrocería.

Formó una nueva empresa llamada Innovative Accessories Products (IAP), que poseía tanto la patente como el material usado en lo que hoy conocemos como Scrub Daddy.

(Su tercera empresa)

Hasta este punto, a Aaron le habían ido bastante bien sus ideas de negocio, pero no siempre los comienzos son bonitos.

Encontró una oposición abrumadora con su limpiador de manos.

La gente consideraba que era un producto ‘no esencial’ y que además, tenía un precio excesivo. 

Sin el apoyo de su mercado objetivo, Aaron no tuvo más remedio que abandonar la idea.

Una multinacional que seguro que conoces, 3M, le echó el ojo a la empresa de almohadillas para pulir/limpiador de manos de Aaron.

La adquirieron en agosto de 2008, llevándose todo y dejando a Aaron con unas cuantas cajas en el almacén de su casa.

Cajas a las que le puso el nombre de ‘chatarra’ – las caritas dejaron de estar sonrientes ☹️

La chatarra, a veces, también sirve

Pasaron los años. Cinco para ser exactos.
Era otoño y los muebles del jardín necesitaban una limpieza post-verano, antes de ser guardados.

Aaron empezó a utilizar una esponja tradicional de doble cara, pero inmediatamente rayó la pintura. 

Sin saber muy bien que hacer, porque no le apetecía repintar los muebles, se le ocurrió abrir unas de esas ‘cajas chatarra’ que estaban almacenadas acumulando polvo.

La sorpresa de Aaron fue cuando esta esponja le funcionó realmente bien.

No solo limpió perfectamente bien la suciedad, sino que lo hizo ¡sin rayar nada!

También notó que la temperatura del aire frío hacía que la textura de la esponja cambiara y se volviera más firme. La consistencia más rígida proporcionó un poder extra de fregado. 

Y cada vez que volvía a sumergir la esponja en el agua tibia con jabón, se ablandaba y se adaptaba más fácilmente. 

Imagínate la cara de alucinación de Aaron. 

Llevó esta esponja al fregadero de casa y solo con un poquito de agua limpia (sin jabón ni ningún producto extra), quedó súper limpia. Como si fuera nueva.

Aaron iba de alucinación en alucinación. Y como no hay dos sin tres, probó con los platos sucios que habían en el fregadero.

Fue una combinación hecha en el cielo. La mejor esponja doméstica que había usado.

El hecho de que según la temperatura del agua, la esponja adaptaba su forma y sus características, la convertía en una herramienta de limpieza increíblemente versátil.

Te voy a poner unos ejemplos, para que te hagas una idea de lo que puedes conseguir usando esta esponja:

  • La sonrisa entreabierta permite limpiar cucharas y tenedores.
  • Los ojos permiten insertar los dedos índices y anular para alcanzar la base de un vaso de cristal, sujetando la esponja desde el centro
  • El pelo puntiagudo permite limpiar superficies más grasas sin dejar marcas ni ralladuras.
  • Con agua fría se endurece y sirve de una especie de “exfoliante” para las ollas quemadas, por ejemplo.
  • Con agua caliente se vuelve súper suave, para lavar cosas más delicadas como puede ser el cristal de tu vajilla.
  • Para quitar los restos de suciedad de la esponja, solo tienes que dejarla unos segundos en agua tibia. Y voilà, esponja como nueva.
  • Solo necesita 1 h para secarse y, además, permanecerá sin olor hasta ocho semanas 

Vamos… Que es una esponja mágica (así como para resumir 🤭)

El padre de la limpieza

Más tarde, ese año, la perseverancia en el marketing dio sus frutos.

Fue cuando se publicó un artículo destacado sobre este producto en el Philadelphia Inquirer (un periódico que concentra sus lectores en la ciudad de Filadelfia y en el estado de Pensilvania). 

Este artículo llamó la atención de mucha gente de negocios, por lo que Aaron decidió registrar el nombre de Scrub Daddy.

Este nombre se le ocurrió por el papel que Aaron siempre desempeñaba en casa, como ‘lavaplatos doméstico’. Un profesor de Wharton le advirtió que el nombre era terrible y que nunca se vendería.

Ya veremos lo que pasa.

Otros a los que les llamó la atención ese artículo del Philadelphia Inquirer, fueron a los productores del canal de televisión QVC (la teletienda estadounidense).

Scrub Daddy tuvo dos apariciones exitosas en este canal. En ambas, Scrub Daddy se agotó en menos de 10 minutos 😱

¡Llegó a vender 100.000 productos en solo 4 meses! – no sé cuál de los dos números me impresiona más.

Una vez validó la idea de negocio y vio que era aceptado por los clientes, no se lo pensó dos veces y rellenó el formulario para poder participar en el programa de televisión Shark Tank – en este punto es donde yo lo conocí.

Éxito en Shark Tank

Antes de ir al programa, Aaron preparó el terreno.

Vio todos los episodios ya existentes de Shark Tank y apuntó las preguntas, errores y éxitos comunes de empresarios anteriores. 

Creó una infinidad de posibles caminos (preguntas y respuestas) que podría tomar su conversación con los jueces. 

Se las estudió todas.

Después de 3 largos meses de audiciones, el 25 de octubre de 2012, Scrub Daddy se estrenó en el episodio 7 de la 4ª temporada del programa. 

La presentación tipo infocomercial de Aaron llamó bastante la atención del jurado.

En los 10 min que dura el programa, consiguió negociar con Lori Greiner lo siguiente:

  • Se llevaría $200.000 en inversión.
  • Tendría visibilidad para llegar a muchas más tiendas, sobre todo minoristas. Tanto con campañas propias como accediendo a importantes contratos publicitarios.
  • Lori sería su nueva socia, propietaria del 20% en participación del capital de la empresa.

Y no solo ganó todo eso, sino que se vendieron 42.000 productos en los siguientes días.

Todo gracias a esta aparición televisiva.

Scrub Daddy Tiktoker

Su negocio subió igual de rápido que la espuma que hacen sus esponjas 😶‍🌫️⬆️

Y desde la aparición en Shark Tank no deja de crecer. Es un éxito de ventas a nivel mundial.

A día de hoy han superado los 670 millones en ventas.

Por supuesto, la marca ha tenido diversos cambios a varios niveles:

  • Nuevos almacenes y fábricas más grandes.
  • Nuevos productos. La línea que tiene ahora es inmensa.
  • Rediseño de la marca.
  • Spots publicitarios.
  • Apertura al mercado mundial.
  • Presencia tanto en grandes almacenes como en tiendas minoristas.
  • Y un largo etcétera.

Aunque lo curioso, es que actualmente uno de sus máximos canales de difusión es TikTok.

Todas las influencers de limpieza del momento lo usan, y lo más importante, ¡lo recomiendan!

¿Qué podemos aprender de Aaron?

La primera lección que podemos sacar de esta historia, es un consejo que el propio Aaron lanza a todos los emprendedores e inventores es: 

«Si tienes una gran idea en la que realmente crees, sin importar cuán grande o pequeña sea, la única manera de que alguna vez tenga éxito es arriesgándote y actuando en consecuencia«.

La segunda es que, tal vez tengas suerte en muchos de los proyectos o negocios que lances, y no necesariamente significa que el 100% de los que hagas en el futuro vayan a funcionar. 

La suerte del principiante no es para siempre.

¡Pero no desistas! Porque precisamente esa puede llegar a ser la idea del millón – nunca mejor dicho.

Lo único, es que necesita un poquito más de trabajo para conseguirlo.

La tercera es que te apalanques de gente que pueda invertir en tu negocio, que tenga contactos y sepa cómo hacerlo, para sacarle el máximo jugo.

Puede que por ti misma consigas ¡y mucho! – olé por ti 👏

Pero recuerda que dos mentes siempre piensan más que una.

Laura