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¿Tu entorno no apoya tu decisión de emprender? Escucha este episodio

El otro día recibí una pregunta por Instagram que decía: ¿Qué hacer cuando tu familia no te apoya, e incluso te ridiculiza con la idea de ser emprendedora?

Y como sé que sois muchas las que estáis en esta situación, y que no se habla mucho de esto, he querido hacer este episodio para hablar, sincerarnos, y sobre todo, para buscar soluciones.

Porque, si este es tu caso, no quiero bajo ningún concepto que te quedes por el camino por este ruído exterior, falta de apoyo o por el qué dirán.

Este es el episodio que a mí me habría gustado escuchar hace unos años. Porque aunque no vaya a cambiar la actitud de la gente, sí que va a ayudarte a proteger tu energía y no dejar que los comentarios hirientes o la falta de apoyo o interés de tu entorno tiren por tierra tus ilusiones y te hagan tirar la toalla.

Emprender es muy duro, no solo por la incertidumbre, lo desconocido, el gran reto que nos supone… Sino también por la carga emocional tan grande que tiene el hecho de salirnos de la vía convencional e intentar abrirnos nuestro propio camino.

Es una montaña rusa de emociones. Y la pregunta de “¿realmente puedo hacer esto?” te llegará en los peores momentos y te hará cuestionártelo todo.

Habrá días en los que lo tengas claro y digas POR SUPUESTO QUE SÍ. Y otros en los que debatas esta pregunta, e incluso te inclines más por el “pues quizá no”.

Es normal. Es parte del proceso. Nos pasa a todas. 

Y por eso es tan importante tener un entorno sano, que nos inspire, nos apoye y crea en ti, incluso cuando tú sientes que has perdido la esperanza.

Lo ideal sería que las personas más importantes de tu vida estuvieran ahí para recordarte que PUEDES HACERLO, que no tires la toalla. 

Lo ideal sería que pudieras hablar con ellos de tus proyectos, compartir tus miedos e ilusiones, y sentirte escuchada y valorada.

Lo ideal sería que estas personas fueran los primeros a los que acudir cuando quieras llorar y desahogarte.

O que fueran los primeros a los que quisieras llamar para celebrar tus logros, por muy insignificantes que desde fuera puedan parecer. Un mensaje bonito en instagram, una publicación que ha gustado más, un resultado del que te sientes muy orgullosa.

Si es así, si cuentas con el apoyo real e incondicional de tus personas más importantes, entonces ENHORABUENA. Date cuenta de la inmensa suerte que tienes. Un tesoro.

Pero si, en vez de eso, te encuentras miradas de escepticismo, frasecitas paternalistas y risitas irónicas, o directamente te dicen que te dejes de cuentos de hadas y pongas los pies en la tierra, entonces amiga mía, tengo 3 consejos para tí.

  • Primero, THICK SKIN. No dejes que estos comentarios y actitudes te hagan cuestionarte lo que estás haciendo. 

Y al decirte esto de tener la piel gruesa recuerdo varios momentos en los últimos años que hicieron ponerme esta coraza.

Una de estas veces estaba en una comida familiar y empezaron a preguntarme por lo que estaba haciendo. En ese momento estaba desarrollando un proyecto de contenido. Y como no, les conté con ilusión en qué consistía, mis progresos, objetivos…

Y de esto que la persona que tenía delante (sin alusiones porque no va de esto), se gira y le dice a quien tenía a su lado: Esto no va a funcionar. Menuda pérdida de tiempo.

Se pensaban que no les había escuchado porque mientras estaba en otra conversación. Ya sabes, el vino hace que la gente no mida ni su tono ni sus palabras. Pero claro que lo escuché.

Y fue demoledor. Sentí tanta rabia y angustia, que disimulando me fui al baño y me desahogué llorando.

No sé cómo la gente no se da cuenta que emprender es mucho más que un hobby pasajero. Un proyecto viene cargado de ilusiones, sueños y sacrificios. Y decidimos emprender aún sabiendo que no las tenemos todas con nosotras. Las estadísticas están ahí fuera.

Cuando emprendemos no solo nos exponemos a nuestros mayores miedos, sino a las opiniones y juicios de los demás.

Personas que ni han pasado ni pasarán por lo que tú estás viviendo, y que aún así tienen la cara de opinar, cuando nadie les ha preguntado, y sentenciar tu proyecto.

Es muy triste. Pero desafortunadamente hay muchos bocazas ahí fuera.

Aunque los comentarios que más daño nos pueden hacer son los de nuestras personas más cercanas. Aquellos que tienen un lugar especial en nuestra vida y nuestro corazón. Los que consideramos que más nos conocen.

Es más difícil ponerse una coraza si tus padres, hermanos, pareja o mejores amigos no te apoyan. Es muy triste porque implica alejarnos de ellos temporalmente. 

Alejarse emocionalmente para que sus palabras o actitudes no tiren por tierra todo.

Y esto, aunque sea difícil, a veces es necesario. 

Tu proyecto necesita tiempo. Y te necesita bien. Segura. Ilusionada. 

Ya he contado en alguna ocasión que en mi casa no me encontré el mejor de los apoyos cuando solté el bombazo de que, en vez de hacer un máster o buscar un trabajo, iba a emprender.

En ese entonces, hace ya 8 años, decir que ibas a emprender era como decir que te ibas a tomar un año sabático para hacer yoga y salir de fiesta por las noches.

Parecía que habías visto demasiadas películas de Hollywood con final feliz y que se te había atrofiado el cerebro.

Y es verdad, en ese momento no tenía ni idea de lo que implicaba desarrollar un negocio exitoso, y por eso cometí muchos errores.

Pero esos errores eran parte de mi camino. Y eran necesarios para llegar aquí. 

Entiendo que nuestro entorno nos quiera proteger cuando nos ven tan perdidas, es normal y muy humano. Pero de lo que no se dan cuenta es que, al decidir emprender, no estamos eligiendo ni la vía fácil, ni glamurosa de la vida. 

Y, si se sentasen a intentar entender los motivos de esta decisión, estarían abriendo una ventana para conocernos mejor. Y ese esfuerzo no solo los valoraríamos infinitamente, si no que nos acercaría y reforzaría nuestra relación.

Nadie, absolutamente nadie tiene el derecho de intentar destruir nuestros sueños. Es nuestra vida, no la suya. Y por eso tienes la obligación de proteger tu energía.

Antes de alejarte, puedes intentar sincerarte y hablar con ellos para que entiendan cómo te sientes, y cambien el chip.

Una de mis premisas en la vida, tras 8 años emprendiendo, es que jamás le diría a alguien que su proyecto no tiene futuro. O que va por mal camino.

Primero de todo por humildad. Sé, sé mucho de negocios, pero sé de lo mío. De mis experiencias. De mis aprendizajes. 

Segundo, porque no querría privar a nadie de los valiosísimos aprendizajes que traen los fracasos. Vale, hay algunos fracasos que ojalá puedas saltarte con mi ayuda o las de otras personas del mundillo. 

Por ejemplo, odiaría que perdieran un dominio por no actualizar tus datos bancarios, como me pasó a mí con una web que, me estaba generando ingresos pasivos, y perdí de la forma más tonta.

Pero otros son tuyos, y son necesarios para llegar a donde quieres. Te guste o no.

Y tercero, porque este juicio demoledor estaría basado en mi opinión. No en hechos. Y sinceramente, ¿quién soy yo, o quién es nadie, para decir algo así? 

Y además, como última reflexión sobre esto, ¿no te has dado cuenta que este tipo de comentarios suelen venir de personas que no son emprendedores? O peor aún, que lo han intentado pero no lo han conseguido.

En fin. Este es un tema que me toca la fibra sensible. Y sé que no soy la única.

  • El segundo es CRÉETELO.

Tú eres la única capaz de hacer tus ideas realidad. Pero para hacerlo, tienes que estar a la altura.

No vale cuestionárselo todo día sí día no. No vale soñar pequeñito. No vale bajar la voz para que los demás no te vean.

Lo único que vale en este juego del emprendimiento es que te lo creas. Que te creas que vales muchísimo. Que te creas que tienes la idea ganadora entre manos, y tú eres la persona idónea para hacerla realidad. Que te creas que este es tu destino, que lo vas a conseguir.

En cierto modo podemos decir que emprender implica un cambio de identidad. Es un camino de auto-conocimiento brutal, que te pone delante tus mayores desafíos, y te obliga a convertirte en una versión más confiada, fuerte y resolutiva de ti misma. 

Y sí, puede que no funcione. Yo fracasé 4 veces antes de Yo Emprendedora. Pero con cada uno de esos proyectos, iba a full, sin un plan b. Y gracias a cada una de estas experiencias, hoy tengo un negocio que ni en mis mejores sueños.

Piénsalo, es como si te casas pensando que te vas a divorciar. Las estadísticas están ahí, pero lo único en lo que piensas es que tú vas a ser una bonita excepción.

Quizá sea ingenuo pensar así. Definitivamente lo es. Pero es que, si no somos ingenuas, ni de broma nos lanzamos. Ni a emprender. Ni a casarnos. Ni a nada que implique un riesgo.

  • Y la tercera clave sería: Busca tu círculo de apoyo.

No encontrar el apoyo donde nos gustaría puede ser una ventaja, porque nos motiva a salir a buscarlo fuera.

Y esto te puede cambiar la vida.

Encontrar a personas que hablan tu mismo idioma y entienden por lo que estás pasando, porque ellas también lo están viviendo, es increíble.

De la noche a la mañana puedes pasar de sentirte sola, perdida y confundida, a sentirte motivada, apoyada y ver las cosas desde otra perspectiva.

Siempre digo que emprender no tiene por qué ser solitario. Y una de mis grandes misiones con Yo Emprendedora ha sido y es conseguir que todas encontremos a nuestras mejores amigas emprendedoras, y no volvamos a sentirnos las raras del grupo nunca más.

NO sabes lo liberador que es reírte a carcajadas de las reacciones de la gente cuando les dices a qué te dedicas. O llorar hasta que no te queda ninguna lágrima cuando tienes un mal día. O simplemente hablar de estrategias de email marketing, funnels o lo que sea, y que la otra persona te siga el ritmo.

No solo me parece bonito. También me parece necesario. Porque literalmente puede hacer que no tiremos la toalla cuando las cosas se tuercen. 

Puedes encontrar a esta persona o círculo en las redes, en networkings, masterminds, o en comunidades como la nuestra. El Club Yo Emprendedora es justamente para esto.

Si solo te quedas con una cosa de este episodio quiero que sea lo siguiente: Es tu obligación y deber proteger tu energía. Tu proyecto te necesita segura y motivada. Y recuerda, todo lo que estás viviendo forma parte de tu camino. Quizá ahora no ves resultados, pero te aseguro que los puntos se conectarán cuando mires hacia atrás.

Ánimo y a por todas, compañera. Sé que puedes.

Notas del Episodio:

Laura