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The Wirecutter

Caso de éxito – The Wirecutter: El blog que se vendió por 30M

Hoy vamos a hablar de…

  • Cómo un editor pasó de vivir estresado a facturar $50.000 al mes, mientras disfrutaba haciendo surf.
  • Las claves que deberías llevarte de sus experiencias ¡Y aplicar en tu negocio!
  • ¡Y todo esto en menos de 5 minutos!

Aquí tenemos una nueva historia de Éxitos y Fracasos, donde en menos de 5 minutos aprenderás de las experiencias de emprendedores de todo el mundo.


Hoy quiero hablarte de The Wirecutter y de su increíble fundador, Brian Lam.

Infancia de Brian Lam

Brian era hijo de un ingeniero, por lo que creció rodeado de dispositivos y tecnología.

Desde muy pequeño le encantaba todo lo que aprendía de tecnología con su padre, así que se convirtió en un juego para él.
También influyó el hecho de que fuera un niño bastante tímido.

No le gustaba el ‘libre albedrío’ que suponía el tratar con los demás – como ya sabes, cada uno es de su padre y de su madre.
Así que se centró en las máquinas. 

Vivía rodeado de un ambiente que sentía que podía manejar con facilidad, ¡y eso le daba paz!

Con los años, descubrió que también se le daba muy bien redactar.
Y consiguió ser editor jefe de Gizmodo.

No hagas lo que no quieres hacer

Gizmodo es una empresa que, a través de su blog, trata temas sobre tecnología, electrónica de última generación y herramientas.

Estamos en 2010, Brian es editor jefe, pero a pesar de que le gustaba el hecho de redactar artículos, no se sentía moralmente cómodo con lo que debía escribir.

Por ejemplo:

Tenía que informar sobre un iPhone cuatro meses antes de que Apple sacara el dispositivo al mercado. Es decir, escribir a ciegas de una forma no muy ética, con el único objetivo de que el consumidor comprara el producto.

Llegó un punto en el que se cansó de este tipo de trabajo.

Y si a esto le sumas el estrés que le generaba su puesto de alta responsabilidad, la reacción que tuvo Brian finalmente fue bastante lógica:

Bye, bye

Dejó su trabajo y, de paso, se mudó a Hawái (why not?)
Pero claro, sin trabajo no generas ingresos, y sin ingresos, es difícil pagar las facturas 🥴

Así que en 2011 decidió crear su propio blog, The Wirecutter.

Allí empezó a escribir opiniones valiosas y verdaderas para sus lectores – aunque todavía no sabía demasiado bien cómo ganaría dinero.

Investigando, descubrió lo que se conoce como ‘Marketing de Afiliados’.
Consiste en promocionar productos o servicios de otras empresas, a cambio de una comisión por cada venta que consigas generar.

Es todo un mundo este modelo de negocio, pero para resumir:

  • El vendedor del producto genera un enlace, con un código especial, que será únicamente tuyo.
  • Tú hablas sobre el producto y colocas TU ENLACE de compra (ese con el código especial).
  • Si la persona acaba comprando desde tu enlace único, se genera tu comisión 💲 

The Wirecutter empezó a publicar varias reseñas al mes, analizando distintos productos para que los usuarios tomaran la mejor decisión a la hora de elegir cuál comprar.

Y así, poco a poco, fue recibiendo comisiones que le ayudaron a pagar facturas y gastos.

El blog de Brian era sencillo de navegar, con posts que se podían leer en cuestión de minutos. Todo respaldado por una investigación sólida y fiable (su punto diferenciador).

La misión de The Wirecutter

Como todo gran negocio, The Wirecutter tenía, y sigue teniendo, una importante misión:

Recomendar lo que realmente importa, probando y revisando de forma independiente miles de productos para poder ayudar a sus lectores a encontrar lo que necesitan.

Es decir, ahorrarles tiempo y eliminar el estrés de elegir el producto adecuado.

Y, a diferencia de los otros blogs, Brian invertía una media de ¡30 horas! investigando, probando y sacando conclusiones objetivas de los productos.
Sabía que la mayoría de webs no podían permitirse “el lujo” de tardar 30 horas investigando cada uno de los productos de la web. 

(Bueno, eso y que al 99,9% de la competencia tampoco le interesaba – estaban en el juego de producir masivamente, sin importarles realmente la calidad del trabajo.)

También sabía que en el mercado únicamente se hablaba de las características visibles, y no de las experiencias reales que se lleva el consumidor. Así que todo esto lo utilizó a su favor.

¿Y cómo lo hizo?

Creando un proceso de investigación para profundizar al máximo en cada uno de los artículos:

  • Recopilar entrevistas y datos de las mejores fuentes.
  • Buscar ingenieros, científicos, diseñadores o cualquier experto que sepa sobre el tema.
  • Preguntar a ‘personas reales’ qué es lo que les parece.
  • Analizar minuciosamente las opiniones de clientes que ya habían comprado y valorado el producto.

Todo con el fin de dar la mejor información sobre el producto.

Brian tenía claro que no le serviría de nada el “opinar por opinar”, ya que si conseguía la venta pero después el comprador hacía una devolución, él tampoco ganaba su comisión.

Su filosofía era:

Ayudar primero y de la mejor forma posible a los demás, para después recibir lo que has ganado por tu honestidad.

Es buena, ¿verdad?

Pero claro, a diferencia de su competencia, él sacaba muy pocos artículos (¡porque no le daba la vida!), y como consecuencia sus ingresos estaban más limitados
Aquí muchos habrían dejado su moral a un lado y habrían tirado por el camino fácil.

Pero Brian no desistió y continuó enfocado en informar correctamente a sus clientes, a pesar de todo.

Prefería redactar poco y hacerlo bien, a tener mucho volumen pero no aportar valor a sus clientes. 

Todo esfuerzo tiene su recompensa

Con mucho tiempo y mucho mimo, tanto el tráfico de la web como los ingresos fueron aumentando.

La gente estaba empezando a reconocer “The Wirecutter” como una marca de confianza.
¡La estrategia por fin daba sus frutos!

Gracias a esto, Brian pudo contratar a un equipo de redactores freelance, a los que enseñó exactamente su forma de investigar y redactar, y gracias a ello subieron el volumen de publicaciones de la web.

Mientras, él se dedicaba a la gestión del blog, dirigir al equipo y a surfear las olas de Hawái.

Sí, ese fue uno de los motivos por los que se mudó allí. Por el surf 🏄

Se convirtió (y lo sigue siendo a día de hoy) en el servicio de sugerencias de productos más ejemplar en Estados Unidos

Hasta el punto de que en 2015 The Wirecutter ya había generado 150 millones de dólares.
Y fue en octubre de 2016, cuando la compañía The New York Times le echó el ojo 👀

Resumiendo la historia, The Wirecutter fue adquirida por nada más y nada menos que ¡30 millones de dólares!

Repito, TREINTA MILLONES DE DÓLARES.
👏👏👏👏👏👏👏

Tras la adquisición no hubo demasiadas variaciones dentro del negocio, salvo el propio nombre – que pasó a llamarse simplemente Wirecutter.

A día de hoy, los nuevos dueños continúan con la misma filosofía y proceso de trabajo que llevó Brian Lam desde el principio.  

(Si algo funciona, ¿por qué cambiarlo?)

¿Y Brian?

Actualmente se dedica a redactar sobre los océanos 🌊 y la tecnología 👨‍💻

Es decir, ha conseguido unir los tres temas que SIEMPRE le han apasionado:
Redacción + Tecnología + Océanos.

Y tiene claro que es el trabajo que quiere para toda su vida.

Brian nos anima a que persigamos nuestros sueños y que busquemos ese momento en el que digamos:
“Quiero que este sea mi trabajo para toda la vida” 

Pero para ello, necesitamos una transición. No me gustaría que te lleves un chichón por una caída repentina.

Aquí te dejo una serie de preguntas que pueden ayudarte:

  • 1º ¿En qué eres realmente buena? 
    En el caso de Brian era la investigación y redacción.

  • 2º ¿Qué tema es el que te apasiona de verdad?
    A Brian Lam siempre le ha encantado tanto la tecnología como los océanos.

  • 3º ¿Dónde se conectan ambos caminos?
    Ahí encontrarás ese ‘trabajo para toda la vida’.

Brian unió la investigación y redacción (que se le daba muy bien en su trabajo pagado), con los océanos y tecnología (que le apasionaban desde pequeñito).

¿Qué podemos aprender de Brian?


Primero,
no permitas que te obliguen a hacer aquello con lo que no estás de acuerdo moralmente.
Está claro que el trabajo es el trabajo, y que a veces no nos atrevemos a dar ciertos pasos por miedo a quedarnos sin él.

PERO, ¿cuánto tiempo estás dispuesta a hacer aquello que no te hace feliz?
Continúa con eso y a la vez ve buscando alternativas (te aseguro que las hay).

Y cuando encuentres una ‘piedra más o menos firme en el río’ para poder cruzar… no cruces…
¡Salta!

Y después me cuentas el peso que te has sacado de encima 😉

 

Segundo, ayuda primero a los demás y después recibirás la recompensa.
Está súper comprobado que la mayoría de negocios de éxito crearon sus bases en torno a: 

¿Qué necesitan las personas que yo les pueda dar?

Una vez tengas esta pregunta resuelta, hazlo y de la mejor manera posible. No valen las medias tintas.
Cuando tus clientes vean que eres una fuente de ayuda (en vez de una fuente de venta), ¡vendrán solos!

Porque a nadie nos gusta que nos vendan, sino que nos ayuden.

 

Tercero, por muy bien que se te dé tu trabajo, siempre vas a poder darle una vuelta de tuerca más, para que acabe siendo tu pasión.

 

Te dejo de tarea responder a esas últimas tres preguntas, para saber cuál es la fórmula perfecta de tu ‘trabajo para toda la vida’.

Como dijo el filósofo chino Confucio:

“Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día de tu vida”

Laura