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Cuándo crear un curso vs membresía

Los cursos online y las membresías son 2 modelos de negocios muy interesantes y, pueden ser muy rentables para tu negocio.

Con los cursos tienes la ventaja de que, lo creas una vez, y después puedes generar ingresos pasivos.

Y con las membresías, tienes la ventaja de tener ingresos recurrentes mes a mes, o en el periodo que tú decidas.

Esto dicho de una forma muy simplista y resumida.

Entonces la pregunta del millón es: ¿Cuál es el más indicado para ti?

Pues justamente de esto vamos a hablar hoy. De las ventajas y desventajas de cada uno, y de lo que implica tener un modelo de negocio u otro.

Para que así, si el día de mañana te encuentras en esta tesitura, puedas acordarte de esto y tomar una decisión consciente, valorando los pros y los cons.

Antes de empezar, me gustaría contarte por qué me decidí por las membresías y si mis expectativas se terminaron ajustando a la realidad.

Quizá esto no lo sabías, pero antes de YE ya había intentado crear un negocio con un modelo de suscripción. Una app de descuentos para cafeterías de especialidad.

El precio era bajísimo. Empezamos por 2,99 y terminamos poniéndolo por 0,99 céntimos al mes. Y aún así no conseguimos clientes de pago.

Esto fue en el año… 2017 creo. Y claro, yo salí de ahí pensando que el mercado en España no estaba listo aún para este modelo, que cada vez se veía más en otros países del norte de Europa y fuera de Europa.

Y por eso, cuando empecé con YE, lo último que se me pasaba por la cabeza era crear una membresía. Vamos, es que ni loca.

Aunque tampoco sabía cómo iba a hacer de este proyecto un negocio, pero la idea no me preocupaba. Me decía a mí misma que, cuando tuviésemos una comunidad enamorada de lo que hacemos, ellas me dirían por dónde tirar.

Y efectivamente, así fue.

En el segundo año de vida de YE, Cuando empezamos con nuestros eventos presenciales, las chicas que no podían asistir me pedían algo online.

Un espacio de encuentro online. Un lugar donde aprender.

Y ahí empecé a considerar de nuevo esta opción.

Aquí recuerdo las conversaciones eternas con Chris, porque claro – después de haber fracasado estrepitosamente con el proyecto de suscripción – ¡cómo iba a volver a las andadas!

Chris no estaba nada convencido. Y yo sinceramente tampoco.

Pero tenía un buen feeling. Una sensación de que, no sabía aún cómo, pero todo iba a ir bien.

Y si no era así, que ya tenía experiencia con eso tras mis anteriores proyectos, pues al menos no me quedaría sin intentarlo y me llevaba unos cuántos aprendizajes bajo el brazo.

¿Y cuál era mi expectativa con la membresía? Sinceramente, ninguna.

Es decir, como no las tenía todas conmigo, hice lo justo y necesario para lanzar el proyecto – y cuando digo lo justo y necesario, me refiero a que, cuando las chicas se unían, entraban en una página en blanco. Donde no había ni contenido, ni branding, ni un plan, ni nada.

Pensaba… bueno, si la gente no lo quiere, al menos no habré perdido mucho tiempo creando algo que no va a ser.

Así que como ves, expectativas bajas – pero un buen feeling.

Cuando me ponía a soñar, pensaba que sería un sueño generar 1.500 euros de forma automática cada mes.

Eso ya me parecía un éxito increíble.

Y la realidad fue que, en las primeras semanas, pasamos de cero a generar cerca de 1.000 euros mensuales.

Y después, en el siguiente lanzamiento, lo duplicamos. Y así sucesivamente.

Así que en ese sentido, mis expectativas se quedaron muy cortas. Pero claro, cuando no sabes que esperar, a veces es mejor esperar.

 Y otro tema es la parte del tiempo que hay que dedicarle. Porque mi miedo era ser esclava de la membresía y entrar en la rueda del hámster del contenido.

Al principio fue un poco así, mientras que me familiarizaba con el Club y encontraba el enfoque y equilibrio.

Pero lo que hice desde el principio fue empezar a delegar.

Poquito a poco.

Primero la bandeja de entrada. Después la edición de vídeos. Y así, poco a poco, fui creando nuestro equipito y delegando todo aquello que no me necesitaba.

Aquí siempre pienso que no es imposible que lo hiciese todo (o casi) yo si quisiese – pero estaría todo el día ocupada, estresada, con mil cosas pendientes.

Y a mí sinceramente me compensa 100% delegar en otras profesionales y vivir más tranquila, disfrutando de mi trabajo, y teniendo tiempo para seguir creando y creciendo el negocio.

Porque una cosa está clara: si eres operadora de tu negocio, no vas a poder ser la líder que este necesita.

Y sin una líder, el proyecto fácilmente se puede quedar estancado.

Así que, como ves, la realidad en ambos casos superó con creces a las expectativas 😊

Ahora sí, después de haberte hablado de mis experiencias, pasemos a analizar cada modelo en detalle, ¿te parece?

 Voy a empezar por las ventajas que veo de los cursos vs membresías:

  • La primera ventaja de crear un curso en tu negocio es que la gente está muy acostumbrada a comprar y consumir cursos, y no hacen falta explicaciones.

Si quieres aprender sobre fotografía, te apuntas a un curso donde sabes que te van a guiar, de principio a fin, para así conseguir los skills que quieres.

No hace falta demasiadas explicaciones. El concepto curso se entiende y estamos más que acostumbrados a consumirlos.

Sin embargo, las membresías aún no están tan integradas y la venta no es tan sencilla y directa. Te lo digo por experiencia.

Llevamos 3 años y medio con el Club, y cada vez que hacemos un lanzamiento tenemos gente que no entiende bien las normas de juego.

Por ejemplo, hemos tenido miembros que nos han pedido un reembolso del mes porque habían estado ocupadas y no lo habían podido aprovechar.

Esto por decirte un ejemplo.

Y aunque cada vez vamos normalizando más y más este modelo, que en verdad lleva con nosotras desde hace mucho tiempo – solo tenemos que pensar en la suscripción a los gimnasios, a Netflix, Amazon Prime… – aún nos queda recorrido. 

  •  Otra ventaja de los cursos online con respecto a las membresías es que, si buscas una transformación rápida o adquirir unos skills determinados en poco tiempo, un buen curso te lleva desde la fase que estés a donde quieres llegar.

Es decir, hay un camino mucho más claro. Y esto a la gente le gusta.

Por tanto, la ventaja está mucho más clara. 

Con un curso sabes qué transformación exacta vas a tener, y en cuánto tiempo.

Y a ver, en una membresía bien creada también sabes esta transformación, que de hecho es el motivo por el que la gente entra, pero es más DIY “hazlo tú mismo”, y no sabes exáctamente qué pasos o qué tiempo te llevará.

  • La tercera clara ventaja de los cursos es que puedes poner un precio más alto.

100, 200, 500, 800, 1000, 1500…

Todo depende del valor que aporte y del valor percibido por tu cliente.

En cambio, con una membresía no es raro ver 5 euros, 10, 15… O las de tiquet alto que pueden estar en 100, 200 o más, pero eso ya es alto.

Por tanto, con un curso podrías tener menos ventas y más cashflow en el momento de la venta.

  • Y por último, la súper ventaja de un curso con respecto a una membresía es que, lo creas una vez, y después solo tienes que centrarte en hacer una buena estrategia de comunidad y ventas. Pero el producto ya está creado.

Que sí que es verdad que mucha gente hace revisiones y lo va completando, pero es algo más puntual, normalmente una vez al año.

Sin embargo, una membresía está viva y cada mes tienes que crear cosas nuevas.

Lo cual hace que no sea un modelo pasivo, más bien lo contrario.

Vale, ahora que te he convencido que crees un curso, voy a mostrarte la otra cara de la moneda para que veas lo maravilloso que puede ser tener una membresía para tu negocio.

Porque créeme que tiene muchísimas ventajas. Y que, si la estructuras bien y te organizas correctamente, puede ser la mejor elección profesional que hayas hecho nunca.

  • Y de lo primero que te quiero hablar es de la ventaja más obvia, los pagos recurrentes.

Cuando emprendes, de algún modo aceptas que la incertidumbre económica es parte del juego.

No tienes una nómina, y por tanto, no sabes cuánto vas a ganas a final de mes. Es un misterio.

Pues con una membresía, tu mes a mes es bastante predecible.

Una vez que tienes un poco de recorrido y sabes tus KPIs, es decir, tus métricas más relevantes, sabes cuál es la vida de tu cliente – es decir, cuánto tiempo se quedan dentro -, el churn – porcentaje de bajas cada mes-, y el Life Time Value – es decir, lo que de media te paga cada cliente-.

Y esas métricas son muy importantes porque te ayudan a tomar decisiones coherentes, y también te ayudan a ver cuál es la progresión, mes a mes, de tu membresía, y qué puedes esperar.

Pero bueno, sin ponerme muy técnica, te diré que el recibir pagos recurrentes te da muchísima paz mental y te permite ir invirtiendo en tu negocio -en programas, herramientas, profesionales – para quitarte carga de trabajo y seguir creciendo.

  • En segundo lugar, quiero hablar de la venta.

Antes de decía que, cuando creas un curso, puedes ponerle un precio superior, y además la venta es más clara y directa.

Sin embargo, lo bueno de las membresías es que la barrera de entrada es mucho más baja.

Si vas a gastarte 1.000 euros en un curso, va a ser probablemente en uno máximo al año, y les vas a dar muchas vueltas para asegurarte que es la decisión correcta para tu caso.

Sin embargo, si ves que nuestro Club de emprendedoras está abierto y puedes entrar por 47 euros, no te lo piensas y te apuntas de cabeza.

Por eso, el tener un precio más económico cada mes hace que más gente pueda apuntarse, y a la larga, el valor de tu cliente va creciendo.

  • En tercer lugar, quiero que hablemos de la comunidad.

Ten esto muy claro: La gente se apunta a una membresía por el contenido, y se queda por la comunidad que hay dentro. 

Si formas (o algunas vez has formado parte de nuestro Club), sabrás que las formaciones son increíbles y súper potentes, pero lo que realmente marca la diferencia son las personas que hay dentro.

Las mujeres que estás ahí para ayudarse, motivarse y crecer juntas.

Esa energía de “estamos juntas en esto” es palpable y literalmente puede cambiarte la vida.

En el Club somos más de 500 mujeres emprendedoras, y a mí lo que más orgullosa me hace sentir es ver cómo las compañeras se vuelcan a ayudarse las unas a las otras. A veces con consejos, estrategias, o simplemente con un “no te desanimes, tú puedes”. 

Porque por muy capaces, luchadoras y resolutivas, necesitamos ayuda. 

Necesitamos una guía.

Necesitamos una mano amiga.

Y esto es lo mágico y maravilloso de una membresía que se hace poniendo en el centro a la comunidad.

Yo, como CEO de Yo Emprendedora, gran parte de mi tiempo lo invierto en estrategia y contenido. Es pura energía masculina.

Por eso, llega un punto en que necesito a mis chicas del Club, y nuestras sesiones me renuevan y me hacen sentir equilibrada de nuevo.

  • Y por último, hablemos de lo increíble que es que una membresía esté viva – y no sea un producto que se crea una vez ¡y chimpún!

Para empezar, hay muy poca presión al empezar, porque no tienes que ir con todo, sino que vas poco a poco, porque de eso se trata.

Encontrando tu fórmula mágica.

Una membresía te da mucho margen de maniobra. Te permite explorar opciones, sorprender a tus miembros, y adaptarte a los cambios.

Porque eso no se habla mucho, pero muchos cursos se pueden quedar obsoletos con un cambio de algoritmo o de tendencias. Sin embargo, con una membresía, en vez de llevar un buque pesado que tarda mucho más en cambiar la trayectoria, vas con un velero – girando a la izquierda, a la derecha, y manteniendo así la cosa viva.

Entonces, como decía, con una membresía no tienes ni que empezar teniéndolo todo claro y preparado (lo cual te ayudará a no caer en la parálisis por análisis), y tienes la ventaja de ir probando y cambiando para que – tanto tú sigas enamorada de lo que empezaste – como tus miembros.

En resumen, no hay un modelo que sea mejor ni peor. Pero sí que hay una opción que es más idónea según tu momento profesional y vital.

Pero no son excluyentes. Puedes empezar con un curso, y después crear una membresía, o viceversa.

De hecho hay mucha gente que crea membresías para los clientes que compran alguno de sus cursos.

Opciones, todas las que quieras. Ahora, lo más importante es que, sopesando todos estos pros y cons, y aunque no las tengas todas contigo, sí que tengas un buen feeling y te apetezca.

 

Notas del Episodio:

 

Laura