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Ava the elephant

Caso de éxito – Ava The Elephant: De niñera a 16M

Hoy vamos a hablar de…

  • Cómo Tiffany pasó de ser niñera a convertirse en una exitosa emprendedora, valorada en 16 millones.
  • Las claves que deberías llevarnos de sus experiencias ¡y aplicar en tu negocio!
  • ¡Y todo esto en menos de 5 minutos!

Si llevas un tiempo por aquí sabrás que soy una friki de los programas de inversión Shark Tank y Dragons Den (llevo casi una década viéndolos y wow, ¡lo que se aprende! 🤓)

Y Tiffany Krumins, fundadora de Ava The Elephant, fue una emprendedora que me cautivó y a la cual he seguido muy de cerca.

Te cuento un poco sobre Tiffany

Antes de ser emprendedora, Tiffany era niñera de un niño con síndrome de Down, el cual tenía serias dificultades tomando sus medicinas.

No por el medicamento, sino por el proceso.

Y buscando una solución, dio con la idea de Ava the elephant, un pequeño juguete con forma de cabeza de elefante y con una trompa en la que camufladamente se le introduce una jeringuilla por la cual se dispensará el medicamento.

Abajo puedes ver el simple (pero ingenioso) producto.

ava the elephant

Tiffany se dio cuenta que tenía en sus manos lo que podía ser una idea millonaria, PERO no tenía el dinero para hacerla realidad.

Y, animada por una amiga, decidió presentarse a Shark Tank.

Cuando Tiffany fue al programa en 2009, Ava The Elephant solo era un prototipo. Un producto en construcción. 

Pidió 50.000 dólares por el 15% de su negocio. Y cerró el trato con Barbara Corcoran de 50.000 $ por el 55% de su negocio, cuya financiación hizo posible empezar el negocio.

¿Qué pasó después?

Ava The Elephant se convirtió rápidamente en un producto muy querido, y gracias a la visibilidad el programa, despertó muchísimo interés.

Lo primero que hizo Tiffany fue formalizar la patente para así proteger su creación de los imitadores (porque una cosa está clara “si quieres ser original, espera ser copiado”).

Y en cuanto tuvieron el producto patentado y empezaron la fabricación, la demanda se disparó, ¡miles de tiendas por todo EEUU lo querían!

Pero… no todo fue color de rosa al principio

Uno de los mayores “errores” de Tiffany fue querer pasar de cero a cien, y cerrar, nada más empezar, con un trato con uno de los mayores distribuidores del país.

De la noche a la mañana, Eva the Elephant estaba en más de 7.000 tiendas.

Pero, pero, pero…

No estaban preparadas. No tenían la infraestructura interna. Ni la tecnología. Ni el conocimiento.

Y, en cuestión de meses, perdieron 75.000 dólares.

Ufff… un golpe duro.

Pero, como decía Tiffany en una entrevista, “cuando empiezas, no sabes lo que no sabes”. 

Después de este duro golpe, decidieron dar un paso atrás, aprender de sus errores, y buscar soluciones que les permitiesen crecer de forma sostenible.

Invertir en tecnología, equipos, fabricación…

Fue un viaje intenso, con muchos éxitos, y muchos errores.

Decisión trascendental

Ava The Elephant había sido un éxito durante 7 años, pero la compañía necesitaba seguir creciendo, crear nuevos productos y abrir nuevos horizontes.Ahí Tiffany se vio en la tesitura de:

  • Opción a: Pasar al siguiente nivel y hacer la marca más grande.
  • Opción b: Ceder la licencia a otras empresas (y ganar un porcentaje de sus ventas).
  • Opción c: Vender el negocio.

Tiffany, como buena emprendedora, tenía otra idea de negocio en mente, y decidió ceder la licencia a otra empresa de productos médicos para niños.

“Esa decisión me permitió volver a mi espacio creativo”.

¿Y qué vino después?

A veces las decisiones más acertadas para nosotras son las más difíciles de tomar, y aunque ceder los derechos de Ava The Elephant a una empresa externa no fue fácil, sin duda fue la elección correcta.

Tiffany re-conectó con su parte creativa, y creó una nueva empresa – Mom Genius – especializada en la creación de productos físicos.

¡Y también lanzó su podcast, Product Genius!

“También volví a tomar el rol que realmente disfruto, encontrando ideas y convirtiéndolas en negocios, y dejé la gestión del día a día del negocio en manos de otras personas”

A día de hoy, Tiffany es madre de dos niños pequeños, es inversora, ha fundado varias empresas, y su networth es de 16 millones de dólares.

Un bonito ejemplo de una mujer que tuvo una idea y no paró hasta hacerla realidad 💛 

¿Qué podemos aprender de Tiffany?


Primero, tienes que estar realmente apasionada y comprometida
con lo que haces, porque crear un negocio no es nada fácil.

Pero si realmente crees en ello, vas a hacer lo que sea para conseguirlo 😉

 

Segundo, prepárate todo lo que puedas.

“No sabes lo que no sabes”, PERO hay mucha gente que sí que lo sabe y puede ayudarte.

Hay muchísima información ahí fuera que puede expandir tu conocimiento y evitarte muchos errores.

Youtube, Podcast, cursos, mentores… 

Los negocios son un mundo, y para ir dando pasitos en la dirección adecuada, y tener unas expectativas realistas, es importante entender y actuar con cabeza, coherencia y corazón.

 

Tercero, crea soluciones a un problema real

A veces los emprendedores nos enamoramos de nuestras ideas y no nos paramos a analizar si realmente hay un problema real que solucionar.

Una fuente de dolor o deseo por la que la gente pagaría.

Sal ahí fuera y pregunta. No a una o dos personas que cumplan el perfil de tu cliente potencial. O todas las que puedas.

 

Cuarto, haz que te conozcan

Si nadie te conoce, nadie te comprará. Eso está claro.

Por eso, siempre tienes que estar pensando en formas de ponerte delante de tu cliente potencial y mostrarle lo que haces.

Ponencias, comunidades, colaboraciones con marcas, venta en tiendas físicas, canales de comunicación, redes sociales, anuncios…

 

Y cinco, encuentra tu lugar mágico en el negocio

Yo lo tengo claro: me encanta la comunicación y la estrategia de negocio. 

No solo lo disfruto, sino que lo hago bien y siento que puedo marcar una diferencia.

Sin embargo, editando podcast, contestando emails, gestionando colaboraciones… Ufff! Ahí me aturullo. Se me hace bola. No fluyo.

Y por eso, cada vez delego más todo lo que no tenga que ver con lo mío.

Es normal empezar haciendo de todo. Pero en cuanto puedas, que no te tiemble el pulso a la hora de delegar.

Laura