fbpx

Mis 4 claves para poner LÍMITES en mi negocio (y priorizar mi equilibrio ante todo)

Tener tu propio negocio es increíble, siempre y cuando sepas poner LÍMITES.

Porque ni queremos ser esclavas de nuestro trabajo, ni queremos vivir en una montaña rusa de emociones, y mucho menos queremos abandonarnos por el camino.

Voy a empezar este episodio con una confesión que jamás había contado.

Resulta que, a los pocos meses de lanzar el Club Yo Emprendedora, empecé a agobiarme muchísimo y a meterme en un túnel bastante negro.

De repente la ilusión y pasión por el proyecto se vió inundada por la ansiedad de sostener un negocio y crecer.

Tal era el punto, que cuando tampoco llevábamos tanto tiempo, empecé a fantasear con la idea de, en un futuro, vender Y.E. Porque en ese momento me sentía atrapada por lo que había creado y me era imposible desconectar.

Ahora, mirando con perspectiva, veo que estar buscando una vía de escape nada más empezar no era normal. No era normal, ni sano, ni sostenible.

Pero tampoco era sostenible la intensidad con la que trabajaba. Y sinceramente, llevaba 5 años trabajando sin parar, de proyecto en proyecto, y estaba muy quemada.

A mí me llevó unos meses, quizá 6, quizá más, ya no me acuerdo, darme cuenta de este problema y buscar una solución.

Pero fue empezar a tomar decisiones coherentes con la vida y el negocio que realmente quería tener, y la cosa empezó a cambiar.

Lo que voy a hacer es contarte cómo yo he priorizado y priorizo mi salud mental, y qué cosas hago (que algunas no son muy populares), pero que a mí me ayudan a tener ese espacio tan importante entre Yo Emprendedora y Laura.

Porque, definitivamente, mi problema fue que mi Yo Emprendedora se había comido a Laura, y te juro que llegó un punto en el que no sabía quién era, qué me gustaba, qué me hacía feliz, más allá del emprendimiento.

Así que lo primero que hice al darme cuenta fue PONER LÍMITES.

En mi caso fue difícil porque en casa somos 2 emprendedores, y durante años nos habíamos acostumbrado a hablar de negocios todo el tiempo.

Íbamos a tomar un café, y hablábamos de negocios.

Terminábamos de trabajar, y hablábamos de lo que habíamos hecho y lo que no.

Salíamos a dar un paseo, y analizábamos otros negocios y estrategias que nos parecían interesantes.

Íbamos de vacaciones, y teníamos a mano siempre un cuadernillo para escribir ideas y comentarlas.

Sí, era obsesivo. Pero tampoco puedo decir que me arrepienta ni nada de eso, porque sinceramente es lo que nos tocaba.

Y fue esa obsesión la que nos llevó a intentarlo, vez tras vez, y no tirar la toalla a pesar de que el panorama pintaba muy mal.

De verdad que considero que, un cierto grado de obsesión por lo que haces es necesario, sobre todo en los comienzos.

El peligro está cuando esa obsesión ocupa todos los aspectos de tu vida.

Cuando no te deja descansar, disfrutar de conversaciones que no tengan nada que ver con tu proyecto, y te mantiene en un estado constante de alerta.

Eso es lo que me ocurrió a mí. Fue conseguir mi primer éxito con Yo Emprendedora, después de años obsesionada con conseguir algo, y PUM! Bajonazo.

Mi primer shock fue darme cuenta que, como llevaba años sin hacer nada por disfrute personal, no sabía qué me gustaba. 

También me di cuenta que, emprender en una cueva, había hecho que fuera un poco más socially awkward, osea que había afectado a mis habilidades sociales.

Esto es así, te lo juro. Y aunque en ese momento me daba vergüenza admitirlo, no me sentía nada cómoda en la mayoría de ambientes sociales.

Así que, como te comentaba al principio, al darme cuenta de esto lo primero que hice fue pasarme al extremo opuesto.

Le dije a Chris que, a partir de las 6pm, no se hablaba de negocios. Los fines de semana tampoco. Ni en los cafés de media mañana.

Esto a él no le sentó muy bien de primeras, y durante unos meses causó bastantes conflictos en nuestra relación. 

Y empecé a obligarme a salir ahí fuera, conocer gente, apuntarme a actividades…

Gracias a esto, mi vida cambió 365º, empecé a vivir más allá de YE, a tener una identidad propia, a rodearme de personas que me hacen la vida más bonita.

 

El segundo límite del que te quiero hablar me ayuda mucho a quitarme presión y crear desde mi verdadera esencia.

No sé tú, pero a mí me resulta increíblemente retador ser EXPERTA o GURÚ de mi área de expertise.

A mí jamás me oirás hablar como si tuviera todas las respuestas sobre un tema, porque eso sería una mentira como una casa.

Y me generaría tantísimo estrés intentar saberlo todo sobre algo, que probablemente me quedaría bloqueada y me pondría mil excusas para no actuar.

No, eso a mí no me va. Y de hecho, cuando miro a las personas a las que admiro, de las que aprendo, y en las cuales invierto mi dinero para seguir aprendiendo, no van de gurús aunque tengan negocios increíblemente exitosos.

Lo que hacen para mí tiene muchísimo más valor, y es enseñarte lo que ellos/as hacen y les funciona.

Eso sí que vale mi atención, tiempo y dinero.

Y además me conecta mucho más que otra persona que vaya de “lo sé todo” y te hable de claves y estrategias que NO HA PUESTO EN PRÁCTICA.

Y eso mismo hago yo. En las mentorías, en el Club, en el podcast, y lo mismo haré en mis futuros proyectos.

Mira que llevo años emprendiendo, aplicando, dándome tortazos, cosechando éxitos, y aún así lo que yo sé es un porcentaje ínfimo de lo que hay ahí fuera.

Para mí, enseñar y compartir desde mi experiencia es otra forma de proteger mi energía y validarme como profesional. Es una auto-afirmación “lo que sé hoy es suficiente”, y es lo que me permite estar hoy aquí contigo.

 

Lo tercero que no hago y que va a sonar raro de primeras es hacer mucho networking.

Y me explico, porque seguro que esto te habrá sorprendido.

Hace un tiempo, hablando con un emprender, me comentó que parte de su trabajo es hacer networking con otros emprendedores, y a esas comidas o lo que fuera iba con intención de absorber el máximo posible del conocimiento y experiencias de la otra persona, y ver qué oportunidades laborales surgen de ahí.

Esto obviamente no es la primera vez que lo escucho, pero a mí hmmmm… me chirría.

No porque esté mal ni nada por el estilo. Pero yo estoy mucho más inclinada hacia los networkings más humanos, donde conectar con la persona de tú a tú sin ver qué hay ahí para mí.

O sentir que la otra persona está más interesada en aprender de mí que en conocerme de verdad.

Esta es mi forma de verlo, y es muy particular.

Te voy a contar una anécdota sobre esto.

Cuando hacíamos eventos presenciales, una de las partes de estas veladas era el networking. Y antes teníamos una charla de una invitada. No recuerdo exáctamente de qué temática era, pero creo que era algo de comunicación y marca personal. Y el caso es que, durante su presentación, les empezó a hablar a las chicas de cómo hacer networking. Y era algo así como “ten tu elevator speech listo, de unos 15mn”, “analiza la gente y mira qué oportunidades hay para ti”, “y si no ves perfiles interesantes, intenta pasar rápidamente a otro grupo de Networking”

Y mientras que lo decía yo pensaba “noooooo, no digas eso”. Me daba muchísima pena que fuera a ser así, porque sabía que la mayoría estaban ahí para conocer a otras emprendedoras y salir de ahí con nuevas amistades y contactos. Y oye, si de ahí salen oportunidades de negocio, genial! 

Pero en mi experiencia, las personas que van con esa intención son las que menos consiguen en situaciones así, en cambio las que van a compartir, conectar y aportar, uy! Ahí sí que surge la magia.

Todo esto para deciros que no hago networkings de este tipo, y si quedo con otra emprendedora o emprendedor es porque me cae bien o me da buen rollo antes de conocerle.

 

Y en cuarto y último lugar, te quiero hablar de algo que es crucial para mí, para tener equilibrio, paz mental y foco en mi negocio, pero que también puede levantar mucho escepticismo.

Y es el de no estar en todas partes. Me explico:

Ahora Tik Tok lo está petando, y soy plenamente consciente de ello. No solo tengo el testimonio de chicas del Club que me confirman que venden mucho más por ahí, sino que lo escucho a diario en uno de los programas de inversión que veo que se llama Dragons Den.

Me explota literalmente la cabeza con las cifras que comparten. Es algo nunca visto. 

Peeeero como con todo, tienes que saber lo que estás haciendo. Tienes que invertir tiempo en formarte, o por defecto contratar a alguien que realmente sepa del tema.

Y yo hace tiempo me comprometí conmigo misma que no iba a intentar hacer de todo. Prefiero estar en menos sitios, pero hacerlo muy bien.

En mi caso, el podcast, instagram y la newsletter son mis canales elegidos.

Y sí, estoy segura que podría llegar a muchas más personas por Tik Tok y generar más ventas, pero decido no hacerlo. Bueno, sí que quiero compartir los vídeos que ya hemos creado para Ig, pero por el mero hecho de que no me va a llevar ni 5 mn. Pero hasta ahí llego.

Igual que decidí en su día no hacerme un canal de Youtube aunque fuera mil veces más potente que el podcast.

O igual que decidí no estar en Pinterest o Linkedin.

Y en un futuro esto puede cambiar, por supuesto, pero sin comprometer mi tiempo o mis prioridades.

Ahora, si empezase un canal con el contenido que Tik Tok quiere, estaría yendo completamente en contra de lo que quiero o necesito. 

Y la cosa es que llevo años aprendiendo sobre instagram, podcasting e email marketing, y me funciona muy bien.

Eso sí, a veces se me olvida esto que te estoy diciendo y me entra cierta angustia de no estar aprovechando las tendencias del mercado. Por eso me tengo que repetir que, en este punto de mi vida, decido menos pero mejor.

Y de verdad que creo que, en la vida como en los negocios, MENOS ES MÁS.

Tan simple pero tan cierto.

Además, cuando quieres crear contenido para una nueva red social, tienes que entender de qué va, cómo funciona, qué contenido gusta más, etc. Y para ello tienes que ser consumidora de su contenido.

Y, sinceramente, MI OBJETIVO ES CADA VEZ PASAR MENOS TIEMPO CON EL MÓVIL, Y NO VICEVERSA.

Creo que este tema es muy interesante, el de los límites como emprendedoras en las redes. Y por eso, como continuación a este episodio, la semana que viene te voy a hablar de mis prácticas poco populares en Instagram.

Por si aún no lo estás, suscríbete al podcast para que te lleguen las notificaciones, y si te ha gustado este episodio y quieres hacérmelo saber, puedes dejar un comentario en Apple Podcast, Ivoox o decírmelo directamente por IG

No hay cosa que más me guste que recibir vuestros mensajes y bichear vuestros perfiles para conoceros mejor.

 

Notas del Episodio:

Laura